domingo, 5 de junio de 2011

EMOCIONES INTELIGENTES

La inteligencia no está relacionada sólo con las habilidades cognitivas. Las emociones desempeñan un papel determinante en la manera en que una persona se desarrolla.
Las emociones inteligentes pueden convertirse en el secreto para mejorar el entorno personal, laboral y afectivo de cualquier persona
No parece una tarea fácil saber cómo actuar ante sucesos que aparentemente están fuera de nuestro alcance. Pero por muy complicado que parezca, existen  personas que pueden superar fácilmente obstáculos y logran controlar sus emociones frente a la infinidad de complicaciones en sus vidas.
Una de las tácticas que han tomado gran fuerza en los últimos años es la llamada “inteligencia emocional”, término que alude a la capacidad que tiene el ser humano para tomar conciencia de su vida a través del conocimiento y entendimiento
Este término fue popularizado por Daniel Goleman quien, en su libro Inteligencia Emocional, publicado en 1995, estima que esta capacidad se puede organizar de la siguiente forma: primero, conocer las emociones propias, manejarlas y reconocerlas. Después, ser creadores de una motivación propia. Y finalmente, aprender a gestionar las relaciones. También señala que "la inteligencia emocional permite tomar conciencia de las emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que se soportan en el trabajo. Acentúa la capacidad para trabajar en equipo y permite adoptar una actitud empática y social que brinda mayores posibilidades de desarrollo personal".
Es decir, la inteligencia emocional ayuda a saber cómo reaccionar ante los obstáculos, además permite tomar una posición mucho más empática, lo que hará mejorar las relaciones interpersonales.
Adquirir habilidades para incrementar la inteligencia emocional no puede hacerse siguiendo una fórmula mágica, pero existen algunas claves que pueden seguirse para lograrlo:
Conocer las propias emociones. Muchas veces se ocultan los sentimientos para evadir tristeza, enojo o hasta la misma felicidad. La inteligencia emocional invita a tomar conciencia de uno mismo a través del reconocimiento de un sentimiento justo en el momento en que está presente. Es decir, saber qué momento o situación nos despierta determinado sentimiento, sin confundirlo u ocultarlo.
Manejar las emociones. ¿Cuántas veces reaccionamos de manera violenta ante un enojo? Esto ocurre como consecuencia de permitir que las emociones controlen nuestros actos. La inteligencia emocional consiste en saber canalizar las emociones correctamente.
Motivarse. Todos los días debemos controlar la impulsividad y esperar para obtener la recompensa; esto  permite alcanzar nuestros objetivos y estar contento con los logros.
Buscar la empatía. Aprender a reconocer las necesidades y emociones de quienes nos rodean, lo que permitirá establecer sanas relaciones sociales y crear vínculos que mejoren nuestro entorno.
Manejar las relaciones. No se trata de engañar a la gente, al contrario: es actuar de acuerdo con las emociones de los demás.
Beneficios
Tendemos a pensar que probablemente las reacciones emocionales son algo totalmente inherente a la naturaleza humana. Sin embargo, esta afirmación no considera los beneficios que las relaciones  interpersonales pueden tener si antes de actuar se escucha con atención al yo interno, además de tratar de entender los sentimientos de quienes nos rodean.
Aplicar la inteligencia emocional es una forma de identificar y conocer nuestros sentimientos y, por lo tanto, las formas de reacción; al aplicarla se puede aprender a conocerse a uno mismo de tal forma que se identifique qué es lo que puede llevar al éxito y no al fracaso.
Las emociones inteligentes pueden convertirse en el secreto para mejorar el entorno personal, laboral y afectivo de cualquier persona
Emilia

SABIDURÍA

En los tiempos antiguos, la sabiduría era el producto de un concienzudo estudio sobre diversas disciplinas o aspectos de la realidad humana.
En la actualidad tenemos una concepción un poco diferente de lo que es sabiduría. Una persona puede tener mucho conocimiento y sin embargo, no tener idea de sabiduría. Hoy la sabiduría tiene más que ver con prudencia, sensatez, sentido común, ecuanimidad, madurez, discreción, cordura, discernimiento, actitud equilibrada, buen juicio, moderación, autocontrol y autoconocimiento. Galileo Galilei decía: “La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”.
La sabiduría no se nos da, sino que debemos aprenderla y descubrirla a través de nuestra propia experiencia, de errar y equivocarnos, pero también a través de la instrucción y el consejo. Son los años los que mejor nos traen sabiduría. Leonardo Da Vinci decía: “La sabiduría es hija de la experiencia y siempre pide consejo al que sabe corregirse a sí mismo”. La sabiduría es vida y quien la aprende ya tiene asegurado el resto de sus días, porque es la clave del éxito, del buen vivir y de la prosperidad.
Una persona sabia es aquella que:
•Es coherente entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace.
•Desarrolla una actitud positiva frente a la vida y a sus circunstancias, ya sean adversas o no.
•Sabe integrar ampliamente su mundo interior con su entorno social.
•Sabe reconocer cuando se equivoca y lo admite rápidamente.
•Es humilde para aprender y cuestionarse.
•Sabe escuchar con atención y respeto a los demás.
•Asume los obstáculos y los enfrenta.
•Sabe encontrar posibilidades y resultados donde otros solo ven problemas.
•Valora su presente como su mayor tesoro.
•Agradece sus dones y no se queja por sus inconveniencias.
•Integra experiencias y aprendizajes.
•Sabe controlar sus emociones.
•Sabe disfrutar del silencio.
•Habla poco pero cuando lo hace es bien escuchado.
•Lucha por sus ideales.
•Olvida el ayer y mira al futuro.
•Sabe tomar decisiones frente a las circunstancias que lo rodean.

Emilia